Creo que a partir de mañana tendré que darle un giro a mi vida y empezaré a vivirla como se debe, soñar sólo de noche y concentrarme en el día en mi futuro.
Al fin me podré comprar mi castillo, mis joyas, mi coche último modelo… ¿Y el príncipe? ¡Pues ya ves! ¡También me lo compro!... pero eso sí, de los niños me encargo yo, ya vendrán después de que le entregue la factura a mi “Príncipe Azul”.
Queridos cuentos de hadas, ya nos habeis engañado bastante. Prefiero vivir sabiendo que no hay principes azules, que no existen las hadas madrinas que te salven de los problemas, que debes solucionarlos tú solita. He aprendido con los años que lo unico real de los cuentos de hadas, son las brujas malas de la historia, aunque no siempre es cierto que acaben cayendo por un pozo, derretidas o encerradas y solas. Aunque no sea más feliz sabiendo todas esas cosas, al menos tendré presente como es la vida y estaré preparada cuando llegue el momento.
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